Estratégicamente indispensable, pero políticamente inexistente: la seguridad puertorriqueña en tiempos de la geopolítica de cambios de régimen en el Gran Caribe y del discurso de la lucha contra ...
- Julio Ariel Ortiz Luquis
- 17 nov
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Dr. Julio Ortiz-Luquis
Maestría en Relaciones Internacionales y Diplomacia-
Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe-CEAPRC
Asociado de Investigación para Latinoamérica y el Caribe-Instituto Caribeño para el Estudio de la Política Internacional-ICEPI
La seguridad en clave boricua
La importancia estratégica de Puerto Rico en la geopolítica hemisférica es una realidad inescapable desde que los europeos se toparon con Borikén. El reto existencial nuestro ha sido la manera en las que se ha gestionado históricamente esta posición particular en el mapa, entre potencias mundiales y en el mismo medio del Océano Atlántico entre continentes. La manera en que hemos gestionado este dilema existencial no ha sido estratégica, siempre hemos encarnado los objetivos de seguridad nacional de la metrópoli de turno sin pensar en la nuestra como archipiélago más cerca físicamente de Sudamérica que de Norteamérica. Aunque la realidad geográfica se tiene que maniobrar políticamente en beneficio del pais, el “aquí manda la Junta” se ha expresado históricamente de múltiples formas y se ha construido una cultura política desde una percepción de vulnerabilidad que le ha dejado totalmente la seguridad puertorriqueña a nuestra metrópoli que está mucho más lejos que el posible escenario de hostilidades. Esta dinámica asimétrica en seguridad entre Puerto Rico y EEUU dista mucho del concepto de “defensa común” que construyó el folclore político puertorriqueño.
Este dilema histórico se dramatiza con el conflicto de EEUU con Venezuela y Colombia, en el contexto de la amenaza de cambio de régimen mediante una invasión por múltiples motivos. Esto surge en una coyuntura muy particular en el sistema internacional y coincide con los conflictos distantes de Gaza y Ucrania, y con la influencia geopolítica de regiones bajo el liderazgo de potencias emergentes como China, Brasil, México y Rusia. En el ámbito antillano toman preponderancia potencias regionales secundarias como Nicaragua, Colombia y Cuba y su discurso contra-hegemónico y frontal ante la presencia militar de EEUU en el Mar Caribe frente a las costas de Venezuela.
La clase política puertorriqueña siempre soslayó negociar estratégicamente desde una posición de poder, y en lugar usó nuestra posición geográfica como ficha de intercambio para acceder a bienes regionales (fondos federales, orden legal estadounidense, percibida protección militar, ciudadanía estadounidense). Producto de lo que puede percibirse como desconocimiento y miedo de hacedores de políticas, Puerto Rico priorizó el acceso a fondos de los EEUU dentro de una autopercepción de vulnerabilidad general. En el siglo XXI la vulnerabilidad y la aquiescencia no pagan como política en tiempos del nacimiento de prosperidades, bonanzas y gobernanzas heterodoxas de desarrollo en otras partes del mundo. Mientras tanto, EEUU regresa al gunboat diplomacy del Department of War (1789-1933) que administró colonias y ocupaciones en el Caribe en el pasado, y renuncia a las responsabilidades y riesgos de tener un liderazgo global en el siglo XXI.
En nuestro ensayo no entraremos en conceptos como distribución del poder o balance de poder (el poderío militar de EEUU es incuestionable mientras no ha podido traducirlo en victorias políticas y diplomáticas), y nos enfocaremos en consideraciones tales como los recursos, capacidades y la utilización de organizaciones regionales como herramienta del poder blando (soft power), el Derecho Internacional, y el sistema de alianzas para explicar la situación de Puerto Rico ante la encrucijada del conflicto latente entre EE. UU., Venezuela, Colombia y México en el asunto del narcotráfico y la batalla ideológica en el hemisferio. Según los resultados mixtos de las invasiones de EE. UU. en Afganistán e Irak, es central en nuestro ensayo la multidimensionalidad del poder para ilustrar el papel de las capacidades estratégicas de Venezuela dentro de sus alianzas estratégicas con Rusia, China e Irán. Ante una invasión que se espera avasallante por parte de EEUU, entender el poder como algo de dimensiones y no absoluto es indispensable para atisbar la posible capacidad de Venezuela de resistir una invasión con las alianzas y recursos acumulados desde su visión geopolítica y estratégica.
Es la primera vez desde el siglo XX que Puerto Rico se expone a tener un conflicto directo a 500 millas de sus costas, un conflicto difícil de predecir porque hay varias variables que son propias del proceso de transformación del sistema internacional a uno multipolar. Entre ellos, quizá el más llamativo, es que EE. UU. ha entrado en un proceso de aislamiento en donde pretende limitar su liderazgo global abrazando estilos pre-liberales (migración, economía, discurso nacionalista de política exterior, comercio). Ante un mundo en que otros polos de poder sí quieren ejercer liderazgo global y multilateral, como lo son China y Rusia, estas potencias emergen con sus liderazgos regionales y dinámicas de poder y cooperación propias de su región. Ante esta nueva realidad de seguridad regional, hemisférica y global- ¿cómo va el Estado Libre Asociado a mitigar los efectos locales de estas tensiones entre EE. UU., Colombia y Venezuela?
¿Ante este conflicto, y el declive del liderazgo de los EEUU, se puede asegurar que los habitantes de Puerto Rico no verán su seguridad vulnerada ante el conflicto? ¿Cómo explicar que Puerto Rico nunca invadiría Venezuela como nación hermana, pero que desde Puerto Rico se va a invadir Venezuela? ¿Cómo se puede vivir con una ambigüedad que fuerza a los valores puertorriqueños desvanecerse en la invisibilidad mientras los conflictos geopolíticos globales se mudan a nuestro vecindario solo a millas de distancia?
En las próximas secciones abordaremos la realidad geopolítica de Puerto Rico en el Gran Caribe del siglo XXI, el sistema de alianzas estratégicas que construyó Venezuela en su vecindario regional, sus alianzas estratégicas internacionales, el acervo jurídico legal latinoamericano y caribeño expresado en resoluciones de organizaciones regionales con personería jurídica internacional, y tratados bilaterales. Por último, exploraremos varios escenarios posibles ante la inminente agresión de EE. UU. a Venezuela, con posibles ramificaciones y escenarios de guerra en naciones caribeñas, sudamericanas y en México. Enfocándonos en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico y su seguridad dentro de esta coyuntura sin precedentes en el Mar Caribe.
Asuntos de paz y guerra en el Caribe
A partir de la experiencia colonial, los procesos de independencia y la interacción entre los estados independientes de Latinoamérica con los imperios europeos y los EE.UU., la región desarrolló en el tiempo un derecho internacional latinoamericano. La paz relativa en Latinoamérica y el Caribe en relación a otras regiones como África, Europa o Asia no ha sido casualidad, ha sido un esfuerzo regional que construyo unos valores e ideas comunes ante asuntos de paz y de guerra alineados a normas internacionales. El fin de las guerras civiles en Centroamérica gracias al Grupo Contadora (luego el Grupo de Rio), fue posible gracias a estos valores e identidad compartida por los estados de la región. La capacidad de Latinoamérica de resolver este complejo conflicto por sí misma (del que EEUU fue parte integral) comprobó la preferencia de la región de adherirse al principio de la resolución pacífica de los conflictos según mandata el Derecho Internacional.
En 2014 la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se declaró Zona de Paz en la II Cumbre de La Habana, la región decretó la región libre de conflictos armados y armas nucleares a futuro, se afirmó la solución pacifica de las controversias sin uso de la fuerza y se compromete con la no intervención en asuntos internos de otros estados. Sobre todo, la declaración insta “a todos los estados miembros de la Comunidad Internacional a respetar plenamente esta Declaración en sus relaciones con los estados miembros de la CELAC”.
EEUU con sus bombardeos en aguas del Mar Caribe violenta valores latinoamericanos y caribeños en el Derecho Internacional como Uti Possidetis , pasando por la Doctrina Drago y las múltiples declaraciones de la Organización de Estados Americanos y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Esta última creada el 3 de diciembre de 2011 al convertirse la cumbre del Grupo de Rio/Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) en una organización continental sin Canadá y los EEUU.
Valga resaltar que mientras existió UNASUR también se declaró Sudamérica Zona de Paz. Esto en un contexto de cierre de bases militares de EEUU en la región entre el 2000 y 2020, como en Puerto Rico, Colombia, Panamá, Ecuador y El Salvador en momentos en que EEUU estaba “ignorando” a la región por sus prioridades de seguridad en el Medio Oriente y Asia.
El escenario del conflicto de EEUU con Venezuela y Colombia por alegaciones de narcotráfico y la amenaza de cambio de régimen se complica en el contexto del conflicto entre potencias como la Unión Europea, Rusia, Israel, EEUU y Corea del Norte que son actores en los conflictos de Ucrania y en Gaza. La otra dimensión del conflicto antillano se está jugando entre EEUU, Venezuela y Guyana en torno a la disputa territorial sobre la región del Esequibo y sus recursos estratégicos. Ataques o invasiones de EEUU a Venezuela amplificarán el conflicto sobre el Esequibo y viceversa.
El hundimiento de lanchas en el Mar Caribe y el asesinato de ciudadanos colombianos, venezolanos y trinitarios en aguas internacionales, es el último capítulo de los excesos de los EEU, que se suman a la violación el derecho internacional en Gaza, Irán, al uso de la amenaza a la integridad territorial de Noruega, Panamá y Groenlandia y a la retirada catastrófica de Afganistán. La administración de Biden y Trump sumergieron a EEUU en un espiral violatorio del Derecho Internacional, sobre lo que tomará años en aquilatar la medida en que este proceso pudiera debilitará aún más el liderazgo hemisférico y global de EEUU. El Dr. Martínez Borras comenta el reto al Derecho Internacional que representan estas acciones unilaterales de EEUU en el Caribe.
La declaración de la III Cumbre CELAC-Unión Europea de noviembre de 2025 incluyó menciones al conflicto en el Caribe, condenando el uso de la fuerza y recalcando la responsabilidad de los estados de garantizar la seguridad marítima, promover la soberanía, la integridad territorial y la no injerencia en asuntos internos de los países, y la solución pacifica de las controversias. También acordaron fortalecer el diálogo político birregional respecto a temas de seguridad y defensa.
Se ha formado un sistema de alianzas respecto a conflictos regionales que están ubicados dentro de conflictos e impasses más amplios, como es el cese al fuego en Ucrania y Gaza, la posesión permanente del Canal de Panamá y Groenlandia por los EEUU, y la formación de un balance regional y un modelo de gobernanza en el Atlántico Norte y a nivel global. En una coyuntura así, cualquier punto de tensión mencionado antes puede ser ficha o estrategia de negociación diplomática por todas las potencias extranjeras involucradas. Levanta suspicacia el hecho de que EEUU quiera invadir Venezuela en este momento si consideramos que se está negociando la paz en Ucrania y Gaza, y la violencia puede ser en ocasiones herramienta diplomática en una mesa de negociación.
Multipolaridad en nuestras costas
La fuerza del multipolarismo no reside en el deseo de otras potencias mundiales de desbancar a EEUU del primer lugar, si no en un proceso profundo de desarrollo de capacidades materiales e ideológicas por países con la extensión territorial, recursos y la población que los hace potencias regionales gracias a su capacidad de organización y desarrollo técnico y científico.
Entre 2005 y 2013 Venezuela firmó un acuerdo estratégico en defensa con Rusia que le permitió a la República Bolivariana comprar 11 billones en equipo militar ruso, incluidos jets de combate, helicópteros, tanques y sistemas de defensa tierra-aire. Incluyó también entrenamiento de efectivos venezolanos y construcción de facilidades de entrenamiento y educación técnica para el manejo de armamento ruso.
Esta colaboración inicial se expandió en 2015 con un acuerdo enfocado en la preparación técnica y estratégica del personal militar y de inteligencia venezolano y se efectuaron ejercicios conjuntos y desarrollo de mecanismos de confianza entre el personal ruso y venezolano. Por motivo de las tensiones actuales, Rusia y Venezuela decidieron elevar su unión estratégica al nivel de un tratado de alianza militar, documento que fue ratificado por la Duma y el congreso venezolano y firmado por ambos presidentes el 7 de mayo de 2025. Mientras se escribe este ensayo, tal tratado entro en vigor de cara a una inminente acción militar de los EEUU.
Este tratado cubre la integración de esfuerzos en áreas de defensa, energía, transporte, minería y producción farmacéutica. Esto incluyó un plan para desarrollar misiles aire-tierra y sistemas antimisiles entre técnicos rusos y venezolanos en Venezuela. Por ejemplo, y respecto a la minería, el tratado contempla el desarrollo conjunto de extracción y exploración minera, esto es una expansión en las áreas de recursos de estratégicos después de tener un acuerdo amplio con Gazprom en la Franja Petrolífera del Orinoco a principios del siglo XXI. El tratado incluyó el traspaso de equipamientos y experticia técnica a Venezuela en esta área estratégica de extracción, exploración y procesamiento, posiblemente de oro, coltan, y tierras raras.
El despegue de China y su modelo de desarrollo e investigación tecnológica se impulsa con una inversión robusta a la arquitectura de la investigación y la creación de conocimiento, esto incluye universidades, centros de investigación que generan conocimiento y adelantos técnicos. China le está pisando los talones a los EEUU en el gasto nacional en investigación y desarrollo, invirtiendo 540 billones en 2023.
Ya existe un consenso de que China ganará la carrera por el dominio del desarrollo de la Inteligencia Artificial, y hoy se publican más investigaciones en ciencias naturales y otros campos de la ciencia, y patentes, en China que en EEUU. Nueve de los 10 mejores centros de investigaciones a nivel global en I+D (Investigación y desarrollo) están en China y la integración del ecosistema de I+D centralizado y liderado por el estado chino, junto al sector industrial y académico unificados dentro de metas nacionales que permiten que sus adelantos tecnológicos se convierten en innovación aplicada. En áreas como el 5G, China se destaca con empresas como Huawei que lidera el desarrollo y la aplicación global de esta tecnología. Para un análisis de este tema acceda a la conferencia de ICEPI con la Dra. Pamela Aróstica Fernández.
Dentro de esta promoción del estado venezolano de un orden mundial multipolar, Venezuela expandió sus acuerdos estratégicos para incluir a China e Irán. Entre 2001 y 2019, Venezuela firmó acuerdos militares, compró equipo militar chino, incluido radares, transporte aeronáutico y armas pequeñas junto al entrenamiento de personal venezolano y suplido de maquinaria, piezas e insumos para las fuerzas armadas venezolanas. En 2010 la expansión de esta cooperación militar incluyo desarrollo y traspaso de tecnología aeroespacial y satelital. Dentro de este acuerdo bilateral se lanzó el satélite Simón Bolívar y comenzó enfocar la colaboración militar hacia el campo del uso de tecnologías de información y vigilancia de uso militar y para las comunicaciones. En 2015 se incorporó el tema de la seguridad de forma multidimensional, incluyendo un Acuerdo Marco para un Plan de Desarrollo Conjunto firmado para la transferencia de tecnología militar, entrenamiento y coordinación estratégica. Entre el 2017 y 2020 ambos estados incluyeron en la agenda los temas del entrenamiento de militares venezolanos en academias militares chinas, la transferencia de equipo para el control de disturbios, vehículos militares y ciberseguridad.
El potencial ataque de EEUU a Venezuela es un escenario único para China enseñar al mundo sus capacidades tecnológicas y armamentistas, aspecto clave de la cooperación con Venezuela que lleva ya más de 20 años. En este contexto, el escenario de guerra tiene el potencial de medir capacidades militares, tecnológicas y de inteligencia ante los EEUU, en una guerra proxy de nueva generación, con el riesgo de regarse a países como Colombia, Brasil y México. Venezuela cuenta con aliados en China y Rusia que pueden magnificar su capacidad de disuasión ante EEUU. Las fuerzas combinadas de China y Rusia ante el asedio de EEUU pintan un escenario sin precedentes. Por ejemplo, combinados China y Rusia cuentan con 124 submarinos en sus flotas y EEUU con 70. China y Rusia cuentan con 44, 182 tanques y EEUU con 60,937. Valga recordar que, en el escalafón de potencia de fuego, aliados decididos de Venezuela como Colombia, México y Brasil se ubican en los primeros cuatro escalafones a nivel regional. Las fronteras sudamericanas son muy porosas, por lo que no se puede pensar solo a Venezuela como escenario de guerra, si no la totalidad de la superficie compartida entre Colombia, Venezuela y Brasil a través de la Amazonía.
Desde el 2000 Venezuela ha suscrito acuerdos exclusivamente militares con Irán, específicamente para el desarrollo de la incipiente industria de armamentos venezolana y la construcción de sistema antibalísticos y transferencia de tecnología de cohetes. El acuerdo del 2025, en medio de las hostilidades de Israel en la región del Oriente Medio y de EEUU en el Mar Caribe, ambos estados profundizaron su alianza antiimperialista y contra hegemónica, pero anunciaron el acuerdo como de carácter confidencial. Hasta la fecha, Irán y Venezuela han sostenido cumbres de alto nivel de la llamada Comisión Mixta de Alto Nivel, que se reuniera en noviembre de 2024 para afianzar temas como protección de la integridad territorial y transportación, salud, ciencia, incorporando el sector privado de ambos países. En enero 2025 ante las amenazas de Washington, Venezuela e Irán reavivan y refinan su alianza estratégica para incluir en una reunión entre los ministros de relaciones exteriores de ambos países el suplido y construcción de drones con alcance de 600 millas, sistemas para bloquear sistemas de navegación y otro equipo militar en Venezuela.
El multipolarismo también se expresa en el Caribe en la fricción y conflictos entre la Comunidad Caribeña y los EEUU. El 18 de octubre la Comunidad Caribeña publicó su posición común, solo rota por Trinidad y Tobago que en este momento defiende y promueve las estrategias de EEUU en la región contra el narcotráfico y ha validado el discurso de Washington. En la posición oficial expresaron preocupación por la presencia militar en el Caribe y condenaron el bombardeo unilateral a la región enfatizando el diálogo y la solución pacifica de los conflictos según el Derecho Internacional. Reafirmando el compromiso del bloque de mantener y promover al Caribe como “Zona de Paz” y expresó su preocupación sobre la presencia militar de los EEUU en el Caribe y sus bombardeos en la región.
Estratégicamente indispensable y políticamente inexistente
Cuando estudiaba el bachillerato en Historia en la Universidad de Puerto Rico en Rio Piedras, tuve la oportunidad de tener largas conversaciones con el Dr. Manuel Alvarado Morales con quien tomaba el curso Historia de Hispanoamérica. En uno de esos intercambios, me comentó que Puerto Rico para solucionar su relación colonial con los EEUU debíamos estar conscientes de nuestra posición geográfica estratégica, porque al parecer el valor estratégico de Puerto Rico solo lo veían las potencias en su codicia, pero no nosotros. Que como puertorriqueños debíamos estar conscientes del recurso estratégico de nuestra ubicación, y negociar y exigir desde una posición de poder.
El concepto del valor geopolítico y su posibilidad política, me revolcó varias ideas preconcebidas, entre ellas que la relación colonial era inescapable, ideal, conveniente, natural e inmutable. Unos meses después de esta conversación la Marina de EEUU mató a David Sanes en Vieques, con el revuelo internacional y los años de movilización nacional resultante. Las palabras del querido profesor van teniendo más sentido que nunca ante la inminencia de una invasión de EE. UU. a Venezuela en la que Puerto Rico se está utilizando de forward operating base de forma unilateral.
Dentro de la llamada “defensa común” entre metrópoli y territorio colonial, nadie sabe cuál será la estrategia para defender el pais en caso de un escenario de guerra entre EEUU y Venezuela, Rusia y China: cosa que todos los países hacen. Tampoco se sabe si Puerto Rico será algo más que un forward operating base una vez comiencen las hostilidades. Las maneras en que se usará Puerto Rico por las fuerzas militares de EEUU estará determinado por el propósito y la duración del conflicto bélico, asunto que es como mucho gris tanto en sus motivaciones y objetivos.
Por la relación de Puerto Rico con EEUU y la percepción de vulnerabilidad y comportamiento de aquiescencia del gobierno territorial, el gobierno de Puerto Rico no puede posicionarse frente al multipolarismo, ni ante sus retos y oportunidades. La inexistencia del Estado Libre Asociado en el sistema internacional no le permite defender a la ciudadanía puertorriqueña de amenazas en la multipolaridad, y este es precisamente el dilema. Estamos congelados en la guerra fría en nuestra relación con EE.UU.
¿Cómo defender nuestra seguridad, si el interés estratégico es de EEUU exclusivamente, y no del Estado Libre Asociado? ¿Será este el momento para forjar desde Puerto Rico una estrategia en defensa y seguridad que se pueda concertar con EEUU y con organizaciones regionales caribeñas y latinoamericanas, considerando que estamos a 500 millas de Caracas y con una amenaza de conflicto regional donde las potencias ascendentes se jugarán su prestigio y dominio militar?
Los entendidos y complejos de seguridad construidos en la posguerra fría han quedado atrás y están siendo retados por la administración Trump. Los entendidos de seguridad en Latinoamérica y el Caribe, cuajados en la historia se transforman y trastocan ante los liderazgos ascendentes de China, Rusia e Irán y la retirada del liderazgo ideológico de EEUU y sus responsabilidades en la región. Esto ha resultado en un rebalanceo de poder y la influencia regional que cambia el escenario de seguridad para Puerto Rico por las próximas décadas.
El siglo XX quedo atrás, hoy nos tomamos el riesgo de tener por primera vez un conflicto que pudiera ser similar al de Vietnam o Irak a millas de distancia de territorio puertorriqueño. Si consideramos que es poder de las fuerzas armadas de EEUU expropiar tierras según las demandas militares en tiempos de guerra, es razonable pensar que en esta coyuntura no será distinto.
Queda pendiente la reformulación entre fuerzas sociales, organizaciones especializadas, gremios, y grupos de interés el concepto de “dependencia absoluta” en el que ha descansado la versión actual del modelo del Estado Libre Asociado. Ante la multipolaridad, Puerto Rico necesita de un concepto de seguridad propio, que coincida con valores hemisféricos, el Derecho Internacional y los intereses de EEUU y la CELAC. Desde el modelo actual se puede forjar un concepto de seguridad junto a los EEUU que permita al gobierno del archipiélago asegurarle la vida, la paz y la propiedad al puertorriqueño en su Pais dentro de la seguridad hemisférica de los EEUU, Latinoamérica y el Caribe, y de principios del Derecho Internacional latinoamericano. Los puertorriqueños tienen que darle “carne”, de facto, a la llamada defensa común.
Frente a la inminente agresión de EEUU a Venezuela, se pueden delinear los posibles escenarios de los próximos días. Los escenarios posibles son los siguientes:
Bombardeos con escalada: En este escenario, los EEUU bombardea Venezuela en sitios estratégicos como campos petroleros, casas de líderes políticos, casas de gobierno, instalaciones militares. Lo que puede ser respondido por las Fuerzas Armadas Bolivarianas con sistemas tierra-aire de largo alcance y misiles balísticos. Venezuela cuenta con una estrategia combinada con un ejército regular y guerra de guerrillas, con millones de voluntarios. Es difícil predecir cuándo se podrá detener la escalada, siempre es por medio de terceros estados que se ofrecen de mediadores y garantes. Valga recordar que la invasión y ocupación de Afganistán duró 20 años, con el triunfo final de los Talibanes. La posibilidad de que el conflicto se convierta en uno congelado es muy posible en este escenario.
Bombardeos sin escalada: En este escenario los bombardeos de EEUU son enfrentados con mínima e ineficaz defensa por el Ejército Bolivariano, en lo cual el gobierno venezolano se entregaría, permitiendo la entrada triunfal de las tropas de EEUU con un posible gobierno de transición estadounidense-venezolano. En este escenario en donde el Ejercito Bolivariano es derrotado, la resistencia y fuerzas del antiguo régimen podrían proveer una resistencia coordinada en la extensa selva de la Amazonia venezolana que pudiera servir de vía regional a la zona de combate.
Incursión terrestre: En este escenario, EEUU invadiría Venezuela con la infantería, el ejército y la aviación. En este punto es muy difícil predecir cuál será el resultado. En el caso de Irak, la invasión duro 20 años, y en Vietnam 10 años. En este escenario bélico a 500 millas de Puerto Rico, en el que el Ejercito Bolivariano pudiera ser derrotado, la resistencia y fuerzas del antiguo régimen podrían presentar una resistencia coordinada en la extensa selva de la Amazonia venezolana que pudiera servir de vía regional a la zona de combate desde otros estados de Sudamérica.
En estos momentos Inglaterra, Colombia, Ucrania y Holanda han cesado de compartir inteligencia con EEUU sobre el Caribe. EEUU pasea el USS Stockdale y el crucero USS Gettysburg frente Aruba, Curazao y el Estado Falcón. Hace una semana China y Venezuela abrieron una ruta de navegación exclusiva entre el puerto de Tianjin y los mayores puertos de la costa caribeña venezolana. EEUU afirmó ayer que ellos definen el Derechos Internacional, según expresiones del Secretario de Estado de Estados Unidos Marcos Rubio. El presidente del National Institute of Military, Frank Rosenblatt afirmó que un número creciente de soldados involucrados en los bombardeos, de rango medio, han estado solicitando asesoría legal fuera del Departamento de Defensa preocupados por el talante y las acciones de esta movida militar.
Esperamos que Puerto Rico pueda continuar siendo una potencia afectiva, cultural, tecnológica, educativa y humanitaria como punto de unión atlántica y hemisférica. Este objetivo se hace urgente en el contexto del auge tecnológico, militar y geopolítico de Asia y en la entronización del nacionalismo como herramienta de política exterior en las relaciones internacionales contemporáneas.
